Olas de calor y la salud de nuestros ríos y lagos

Estos extremos climáticos se están volviendo más frecuentes. En Chile, esto explica en parte la menor cobertura de nieve en la cordillera año tras año, los incendios en el verano y tormentas más extremas en periodos de El Niño. Entretanto, a parte del impacto de estos eventos en nuestra salud, infraestructura y sociedad, ocurre de forma silenciosa una tragedia climática más amplia: el daño generalizado a los ecosistemas acuáticos de los que dependen nuestras fuentes de agua, la agricultura, la industria pesquera y la piscicultura.
Muchas personas pueden percibir los lagos y ríos como refugios contra el calor sin precedentes, pero los sistemas de agua dulce no son menos sensibles. En estos últimos años las olas de calor han matado a miles de peces en Alaska, Inglaterra y Australia, ya que las temperaturas superaron el límite letal que pueden tolerar estas especies. ¿Qué tan frecuentes son estos eventos extremos? Y teniendo en cuenta que estos eventos son excepcionales, ¿cómo se ven impactados los ecosistemas por un calentamiento menos extremo, pero que ocurre con mayor frecuencia?
Muchos ecólogos, incluyendo investigadores en nuestro laboratorio, vienen estudiando este problema. El calentamiento de las aguas conlleva a un doble desafío a los animales acuáticos como peces y pequeños invertebrados, porque su metabolismo y requerimientos energéticos aumenta con la temperatura, pero hay menos oxígeno disuelto para mantenerse vivo y activo.
Nuestra investigación ha demostrado, además, que la tolerancia al calor disminuye en aguas con baja oxigenación, lo que podría explicar en parte estos eventos de mortalidad masiva registrados durante las olas de calor. En la actualidad, estamos desarrollando herramientas para diagnosticar bajo qué combinaciones de temperatura y oxigenación las comunidades de organismos de ríos y lagos pueden verse amenazadas, y así hacer más eficiente el monitoreo de los sistemas dulceacuícolas de Chile.(...)
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