Más allá de lo que votaste, votaste

Independiente de donde estuvo el voto de cada persona, hicimos gala de “lo mejor delo nuestro”. Podemos acordar que vivimos una elección extraordinaria: las colas fueron muy cortas; el sistema de transporte eficiente; los resultados, rápidos y confiables.
La ciudadanía se expresó de forma directa, simple y clara. La participación de más del 85% del electorado dio la tranquilidad de una ciudadanía empoderada. Se mostró el lado más positivo del voto obligatorio-o mejor dicho, de la participación obligatoria. Digo participación y no voto porque técnicamente no era necesario optar por alguna de las dos opciones; uno siempre puede votar en blanco o anular. A lo más, nos podemos forzar a ira un lugar, firmar un cuadernillo deasistencia, pero lo que hagamos en la cámara secreta, es nuestro más sagrado secreto. Es interesante que lo que se estableció como una norma transitoria, hoy día goza de más legitimidad que nunca. (...)
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